Resumen de la propuesta

En la cultura nepalí Dhairya significa capacidad de soportar y resistir con paciencia y dignidad ante la adversidad. La relación entre el pasaje Begoña y la cultura Hippie del amor libre, se relaciona con la transición entre el pensamiento prejuicioso y la libertad de las personas en mostrar su condición sexual, añadiendo los conceptos nepalíes de resiliencia ante la adversidad de la sociedad cerrada que existió durante la etapa de apertura de España, durante la transición y por consecuente, el destape.
Con este proyecto hemos visualizado un camino entre una sociedad con prejuicios y otra más diversa e inclusiva combinándolo con una metáfora del color extraído de la variedad de los pigmentos de la bandera LGTBIQA+ y representada por personas que han hecho visible los valores de pluralidad e inclusión de la Comunidad.

Se visualiza la transformación de una ciudad (Dhairya) y la evolución hacia una sociedad más libre. En este contexto, existen dos plazas, Diversity Colors Square y Greyscale Square, conectadas por el Pasaje Begoña, un camino simbólico que conduce hacia la sociedad inclusiva. A lo largo de este pasaje, se encuentran diversas personas que han sido clave en este cambio, entre ellas Manolita Chen, quien es la protagonista de toda esta historia.
La plaza Greyscale Square simboliza un mundo donde la diferencia es vista con recelo y todo lo que se sale de la norma es considerado extraño o incorrecto. Representa una sociedad rígida, llena de barreras impuestas por el miedo y la falta de comprensión, donde las personas son etiquetadas y limitadas por su género, orientación sexual, apariencia o forma de pensar.

Por otro lado, la plaza Diversity Colors Square representa la transición hacia un mundo donde cada individuo es valorado por lo que es, sin importar su identidad, género, orientación sexual o visión. Es un espacio basado en el respeto, la escucha y la empatía como pilares fundamentales de la convivencia. Aquí, el colectivo LGTBIQA+ es plenamente aceptado y celebrado como parte esencial de la diversidad humana.
Puedes descargar este proyecto y recorrer los diferentes pabellones como si se tratara de un videojuego accediendo al siguiente enlace:
Chrysalida &
Exuvia
Espacios
- Pabellón en plenitud:
- “Chrysalida” – Inspirado en la palabra “crisálida”, que representa el estado de transformación antes de la mariposa.
- Pabellón en ruinas:
- Exuvia – Hace referencia a la piel o caparazón que dejan algunos insectos al transformarse, simbolizando lo que queda atrás.
Autoría:
Victoria Ortiz Caballero
Personaje:
Laverne Cox

Idea: Las dos versiones del pabellón representan metáforas opuestas del proceso de transformación:
- Primer edificio: La sociedad de los prejuicios.
En esta versión, el pabellón parece abandonado, con vegetación silvestre trepando sus estructuras y un ambiente más melancólico. Aquí, la metáfora cambia: en lugar de representar un proceso de transformación activo y liberador, evoca el olvido, el aislamiento o incluso una metamorfosis detenida. Puede interpretarse como un espacio que alguna vez contuvo vida y cambio, pero que ha sido dejado atrás, como una identidad sofocada o un proceso interrumpido.
- Segundo edificio: Una sociedad abierta e inclusiva.
El pabellón representa la transformación y la autoaceptación. Su estructura translúcida simboliza el capullo que protege y acompaña el proceso de cambio, mientras que el interior, lleno de mariposas, flores y luz, expresa la libertad, la belleza y el florecimiento de la identidad. Es un espacio de celebración del tránsito y del descubrimiento personal.
Descripción del espacio:
- Primer edificio: La sociedad de los prejuicios.
En este pabellón abandonado, la transformación ha quedado en suspenso. La vegetación silvestre ha tomado sus estructuras traslúcidas, filtrando la luz en tonos apagados. Lo que antes simbolizaba evolución ahora sugiere olvido e interrupción.
Las membranas, antes vibrantes, son ahora vestigios de una identidad sofocada. El viento roza las enredaderas que cuelgan en el aire, aferrándose a un tiempo perdido. La mesa central, cubierta de follaje, es testigo muda de una actividad extinta.
Aquí, la metamorfosis quedó atrapada entre lo que fue y lo que pudo haber sido. El pabellón no desaparece, pero tampoco avanza: es una memoria suspendida, un eco que se desvanece con el tiempo.
- Segundo edificio: Una sociedad abierta e inclusiva.
El pabellón toma la forma de un capullo, representando el proceso de transformación y autodescubrimiento. Su estructura translúcida juega con la luz, creando una sensación de contención y transición, reflejando el viaje de la identidad.
Al ingresar, el espacio se abre a un jardín circular con flores silvestres, donde las mariposas revolotean libremente, simbolizando la culminación de la metamorfosis. La interacción entre luz, sombra y color genera una atmósfera etérea, reforzando la sensación de cambio y renacimiento.
El recorrido dentro del pabellón es una experiencia sensorial y emocional, en la que el visitante atraviesa un proceso de introspección y liberación. De la envoltura inicial del capullo a la apertura del interior, el espacio refleja la fluidez y la belleza del devenir.
The House of Unfolding Colours
Autoría:
Edoardo Zumbo
Personaje: Adam Nathaniel Furman

Idea: The House of Unfolding Colours toma inspiración en la obra de Adam Nathaniel Furman, creando un espacio que desafía las normas arquitectónicas tradicionales y celebra la fluidez, la libertad y la diversidad, pilares fundamentales de la identidad queer. La idea central del espacio es transformar lo que conocemos como arquitectura rígida en una danza de formas y colores, donde cada rincón se convierte en una manifestación visual de la autoexpresión y la transformación continua.
Descripción del espacio: Este espacio se compone de formas geométricas vibrantes que se combinan para crear una atmósfera envolvente y dinámica. Las paredes, en una paleta ecléctica de colores como fucsia, amarillo, azul eléctrico y morado, capturan la esencia de la energía queer, irradiando vitalidad y diversidad. La estructura está impregnada de arcos y curvas que fluyen suavemente, rompiendo con la rigidez de las formas convencionales y creando un ambiente en el que todo parece moverse y transformarse, como la identidad misma. Los arcos y las aberturas actúan como pasajes simbólicos, invitando a todos a cruzar, conectarse y ser parte de un espacio inclusivo que se adapta y cambia según las necesidades de quienes lo habitan. El diseño modular y flexible permite reconfigurar el espacio para diferentes actividades y momentos, subrayando la noción de que las identidades no son fijas, sino fluidas y siempre en evolución. La Casa de los Colores Desplegados se convierte en un manifiesto de la visibilidad y la aceptación de la comunidad queer en el ámbito arquitectónico, donde el espacio no solo sirve para habitar, sino para experimentar, reflexionar y ser.
Khadrigal
Autoría:
Isabel Suárez Álvarez
Personaje:
Frida Khalo

Idea:
Este edificio pretende representar y asociar el mundo idílico en el que la sociedad en su totalidad aceptara al colectivo LGTBIQA+ con el mundo mágico y la conexión con la naturaleza que hay en la película Encanto, con su diversidad, sin prejuicios y en paz con uno mismo y con los demás. Por el otro lado, pretende simbolizar la sociedad en la que nos encontramos, en la que las personas no pueden vivir felices siendo sí mismas por miedo, miedo a la violencia, a represalias, a acoso y a prejuicios. Una sociedad triste, sin vida y sin color.
Descripción del espacio: Se trata de una casa inspirada en Frida Khalo, en la arquitectura mexicana, utilizando los colores de la casa museo de Frida Khalo como referencia, como son el azul, el rojo y el verde combinándolos por toda la fachada del edificio y la carpintería exterior. Este edificio se divide en distintos módulos teniendo como referencia la “Casa Madrigal” de la película Encanto, jugando con los volúmenes y las alturas de los distintos módulos.
Tenemos un primer módulo de entrada a la casa, el cual deriva a los 3 módulos siguientes que actúan como pasillo por el que llegamos al patio, donde ocurre toda la magia. Un patio compuesto por columnas, arcos y una fuente central rodeada de numerosas macetas, vegetación y animales.
La fachada, con numerosas ventanas para aportar luz interior al pasillo que da acceso al patio y con enredaderas por todo su alrededor.
Por otro lado, tenemos el edificio oscuro, sin color, medio en ruinas, con la fachada envejecida, con manchas y grietas, en colores grises, enredaderas secas y vegetación podrida. Las ventanas tapiadas con las contraventanas descolgadas, caídas.
RUMORE
Autoría: Clara Mantisi
Personaje: Raffaella Carrà

dea:
Mi idea de proyecto nace de una palabra: Rumore. Este es el título de una famosa canción de Raffaella Carrà , icono de la libertad de expresión, creativa, sexual, representativa del mundo LGTBIQA+, una visionaria.
Se llama RUMORE porque es un lugar ruidoso, por ser un pub nocturno. También puede ser una cafetería, con un estilo retro y animado como Carrá, por sus colores brillantes y muebles vintage.
Se llama RUMORE también porque, y principalmente, es un lugar ruidoso por el hecho de ser libre y sin prejuicios. El mundo LGTBIQA+ es ruidoso, y debe serlo.
Descripción del espacio:
El espacio se distribuye en un edificio de 5×10 m, donde solo la planta baja es accesible a los usuarios, dispuesto horizontalmente. Es un lugar acogedor y animado. Compuesto por grandes ventanales, un pequeño mostrador en la entrada y varios asientos, de día, con detalles típicos de los años 70-80: sillón de terciopelo rojo, tocadiscos, discos de vinilo, cornisas doradas, para luego convertirse en una pequeña discoteca de noche, con luces de neón, proyectores y una indispensable bola de discoteca en el centro.
Todo ello enriquecido con colores súper vivos. El edificio se destaca por su color rosa llamativo, las puertas son doradas, las paredes interiores rojas y rosas, y el suelo a cuadros blanco y negro.
La Casita sin Etiquetas
Autoría: Alba Díaz Sánchez.
Personaje: Manolita Chen.

Idea:
Ambos edificios están diseñados como casitas de muñecas, un símbolo que nos transporta a la infancia, una etapa en la que no existen prejuicios ni discriminación. Los niños ven el mundo con inocencia y bondad, sin cuestionar las diferencias como algo negativo. Con esta representación, se pone de manifiesto que los prejuicios no son innatos, sino que se aprenden a través de la educación y la influencia de la sociedad.
Descripción del espacio:
Para plasmar visualmente el contraste entre una sociedad dominada por los prejuicios y otra basada en la inclusión, he diseñado dos casitas de muñecas con elementos que refuerzan su significado.
- Primer edificio: La sociedad de los prejuicios.
Su aspecto abandonado, sucio y destruido simboliza el daño que provoca una sociedad basada en el juicio y la falta de aceptación. Los muros altos de hormigón representan una mentalidad inflexible y autoritaria que impone una única forma de pensar sin permitir el diálogo ni la posibilidad de cuestionar las normas establecidas. Las estancias del mismo tamaño refuerzan esta idea al mostrar un mundo donde todo debe ser uniforme y encajar en un molde predefinido. No hay espacio para la individualidad ni para destacar porque cualquier diferencia es vista como algo extraño o incorrecto.
- Segundo edificio: Una sociedad abierta e inclusiva.
Al cruzar hacia este espacio se abre una puerta a un pequeño jardín con vallas blancas que simboliza la bienvenida y la libertad. En su interior la casa es luminosa y colorida reflejando una sociedad donde cada persona puede ser auténtica sin miedo al juicio ajeno. Los espacios representan escenas de la vida cotidiana como ir al cine, bailar o visitar un museo; actividades que en esta sociedad inclusiva pueden disfrutarse libremente, especialmente por el colectivo LGTBIQA+. Las estancias varían en tamaño y forma reflejando que no todos somos iguales y que la diversidad, lejos de ser un problema, es lo que nos enriquece como sociedad. Aquí no existen jerarquías ni comparaciones. Cada individuo ocupa su espacio de manera única demostrando que las diferencias no nos hacen mejores ni peores, sino que nos hacen humanos y valiosos tal como somos.
NB
Autoría: Aarón Ávila Rosas
Personaje: Sam Smith

Idea:
consiste en el uso de metáforas a través del proceso de aceptación de uno mismo.
Descripción del espacio:
entramos por un hueco, angosto y frío, y ante nosotros encontramos un muro de carga, que se interpone entre nosotros/as, haciendo que elijamos. Habiendo elegido, encontramos un espacio dominado por cuatro columnas, cuatro pilares que sostienen un techo pesado, aplastante. Observamos un espacio que en principio, parece frío y oscuro, aunque en su centro, encontramos una delgada línea que marca el camino. Esta línea es un símbolo de lo delgada y estrecha que puede ser la sociedad en la que vivimos, donde todo lo que se salga de la norma se considera peligroso, raro o amenazante incluso. El primer espacio, se encuentra dominado por una atmósfera oscura, con líneas muy rectas y donde el frío se percibe incluso con la vista. En el fondo, encontramos un muro de un ónix verde, simbolizando la esperanza de salir de ahí, de salir de esa oscuridad que no deja aflorar nuestra identidad y color. Si se prosigue, encontramos un quiebro en la circulación, el cual nos vuelve a obligar a elegir de nuevo para poder proseguir. Si la valentía se apodera de nosotros, empezamos a ver luz. Volvemos a girar y vemos un espacio dominado por una escultura artística que se encuentra rodeada por un estanque en calma y que, a su vez, se encuentra en un patio abierto a la luz. Se respira calma, se respira paz. Por inercia, la escultura, que se asemeja a un banco, nos invita a caminar hacia ella, haciendo que sin querer, estemos en el centro de ese microcosmos. El agua nos rodea, está en calma, nuestros pulmones respiran sin tensión y pueden hincharse sin calambres. Sin pretenderlo, nos hemos colocado en mitad de nuestro mundo, el patio simboliza nuestra existencia después de salir de la oscuridad, aceptando la verdad. Esa verdad que muchas veces queremos olvidar. Por fin podemos encontrar la paz sentándonos en el sitio donde nos corresponde, nuestra vida; nuestra verdadera vida. Una vez sentados, y estando de espaldas a la zona oscura, podemos ver un hueco que lleva al exterior. Sin pensarlo, estamos preparados para salir al mundo, pero sin saberlo, después de haber hallado la paz, estamos preparados para afrontar la existencia real, la de verdad. Sin querer, con el camino que hemos realizado, hemos creado un entorno seguro donde no sentirnos señalados y eso es la comunidad LGTBIQA+. Sal, porque dentro, no serás libre. El espacio se corona con un jardín que simboliza la libertad.
espejos del alma común
Autoría: Karolina Skweres
Personaje: Karol Radziszewski. Es un artista polaco que ha contribuido significativamente a documentar y promover la historia y la cultura LGTBIQA+ en Europa Central y Oriental. Su obra incluye pintura, cine, fotografía y performance, y a menudo explora temas de identidad, memoria e historia queer.

Idea: La idea se basa en la metáfora del espejo como símbolo de unidad e igualdad: en el reflejo todos somos iguales.
Descripción del espacio: El espacio se divide en dos zonas contrastadas, ambas con formas idénticas y motivos de espejos. La primera zona, inquietante y claustrofóbica, está rodeada de espejos destartalados y agrietados cubiertos de musgo que intensifican la sensación de incomodidad. El agua oscura del suelo y los estrechos pasillos que conducen al interior y al
exterior del edificio aumentan la atmósfera de tensión. El segundo espacio, lleno de luz y armonía, está formado por espejos de distintos colores que reflejan los cálidos colores del entorno. En su centro, un cubo flotante de espejos simboliza la unidad de todas las personas, mientras que el agua azul enfatiza la paz y la sensación de equilibrio.
Symbiosis
Autoría: Alba Cristóbal Solas.
Personaje: Lili Ilse Elvenes, más conocida como Lili Elbe o ‘La chica danesa’, fue una pintora danesa y modelo de fotografía para su mujer (Gerda Wegener). Se convirtió en una de las primeras personas conocidas en recibir una cirugía de afirmación de género y es una figura muy importante en la historia de los derechos trans. Después de varias operaciones en Alemania, Lili dejó de pintar como Einar y comenzó una nueva vida como mujer. Intentó hacerse un trasplante de útero, pero resultó un fracaso y murió en 1931 por una infección que tuvo al realizarse la operación.

Idea:
La idea era hacer una fachada que representara la evolución de la vida de Lili Elbe señalando los sitios por donde va pasando su vida: Dinamarca, donde nació y vivió como Einar Wegener; Francia, ya que vivió en París junto a su esposa Gerda Wegener; y Alemania, donde se sometió a sus cirugías en Dresde.
Descripción del espacio: Se trata de una casa con un único “acceso”, el cual está cerrado, y dos fachadas iguales, pero a la inversa. En primer lugar, nos encontraríamos con una entrada con estilo francés, con gran ornamentación y una puerta con una reja de color verde. A los lados de dicha entrada encontramos varias ventanas con diferentes diseños, tratándose algunas de ellas a un estilo danés y otras con un estilo alemán. De esta manera se hace referencia a los sitios donde vivió Lili Elbe, que estuvo viajando de país en país para encontrar la forma de poder ser la persona que realmente ella deseaba.
Más arriba encontramos una zona sobresaliente de madera, simulando también las fachadas danesas y alemanas. En el tejado encontramos un material muy destacado en la zona británica, como es la pizarra, que se encuentra por todo el tejado.
EL ARMARIO DE RALPH
Autoría: Paulina Mormon.
Personaje: Ralph Kamiński es un cantante, compositor y productor polaco conocido por su estilo único que mezcla pop alternativo con influencias teatrales y visuales. Su música es profundamente emocional y a menudo aborda temas como la identidad, la sensibilidad y las experiencias personales. Con una estética muy cuidada y performances intensas, Ralph se ha convertido en una figura destacada de la escena musical polaca contemporánea. También es conocido por su valentía al hablar abiertamente sobre temas relacionados con la comunidad LGBT+. Ralph Kamiński es un artista que se destaca no solo por su música, sino también por su enfoque único hacia la moda. Su estilo es una combinación audaz de teatralidad, nostalgia y extravagancia. A menudo se inspira en la moda de los años 70 y 80, y no teme experimentar con colores, texturas o cortes. En sus estilismos se pueden notar fuertes influencias del arte performativo y del vestuario escénico.

Idea: Para Kamiński, la moda es una forma de expresarse, lo que hace que cada uno de sus looks sea único y cuidadosamente pensado.
Descripción del espacio: La primera instalación es un edificio que simboliza un armario, en referencia a la expresión “salir del armario”, es decir, revelarse como una persona del colectivo LGTBIQA+. La estructura está hecha de armarios viejos y rotos, está sucia y tiene una entrada estrecha. En su interior, la ropa está dividida por género: a la derecha hay ropa masculina, mientras que a la izquierda se encuentran las prendas femeninas. El espacio está desordenado y caótico. En cambio, el segundo edificio se caracteriza por colores vivos y la ropa no está organizada por género. Justamente así me imagino cómo podría ser el armario de Ralph Kamiński.
“Dualidad en Juego: De la Intolerancia a la Libertad”
Autoría: Pablo Sánchez de Rueda.
Personaje: Rebecca Quinn (futbolista).

Idea: Pista deportiva que tiene una dualidad entre, por un lado,
una donde la sociedad es discriminatoria, con ideas cerradas y muy intolerante; y por otro lado,
otra donde esta sociedad
ha progresado y se ha convertido en una mucho más libre y tolerante con el diferente y las infinitas maneras de disfrutar del deporte.
Descripción del espacio: Es una intervención artística y espacial que utiliza una pista deportiva como metáfora viva del conflicto entre represión y libertad. La propuesta visibiliza, a través de una potente dualidad visual, las realidades opuestas que enfrentan las personas trans en nuestra sociedad.
Inspirado por la figura de Rebecca Quinn —futbolista profesional y activista trans—, el proyecto transforma el espacio deportivo en un campo de batalla simbólico donde se juega algo más que un partido: el derecho a existir con dignidad.
El espacio se divide en dos mitades perfectamente diferenciadas, separadas por una portería pintada en rojo y blanco que funciona como umbral simbólico. En la primera pista, la zona de exclusión representa un entorno hostil y deteriorado: el pavimento está agrietado, hay charcos de agua estancada, manchas de hollín y un coche destrozado ardiendo junto a un muro. Conos de tráfico, vallas y bloques de hormigón entorpecen el paso, mientras figuras humanas rígidas, uniformadas y opresoras —como un hombre que sostiene un documento legislativo— proyectan su intolerancia sobre un joven esposado y con expresión de derrota. Este campo encarna la represión, la marginación y la violencia institucionalizada que muchas personas trans han sufrido.
Al cruzar al otro espacio, el visitante encuentra un espacio renovado, limpio y lleno de vida. La pista está bien trazada, las bancas azules se presentan ordenadas y accesibles, y los murales irradian color, esperanza y orgullo. Destaca un gran mural con las banderas trans y arcoíris, donde múltiples figuras celebran con los brazos
en alto. Entre ellas, una representación de Rebecca Quinn se alza como símbolo de lucha y superación. La inscripción “TODO ES AMOR” corona la escena, acompañada de árboles frondosos, farolas con banderas LGTBIQA+ y escenas cotidianas de convivencia y afecto: abrazos, lectura compartida, conversación, etc. Aquí, el deporte se convierte en herramienta de inclusión y libertad.
Esta intervención no solo busca sensibilizar, sino también activar: propone un espacio para el diálogo, el encuentro y la transformación. El contraste entre ambas zonas no deja lugar a la indiferencia; invita a reflexionar sobre qué tipo de sociedad queremos construir. El diseño, profundamente simbólico, convierte la arquitectura efímera en un grito visual que interpela al espectador y reivindica, a través del arte y el juego, un mundo donde todas las identidades tengan lugar.
El camino hacia la conciencia
Autoría: Gabriela Wiktoria Krupa.
Personaje: Robert Biedroń es una de las figuras más importantes del movimiento LGTBIQA+ polaco y un símbolo de la lucha por la igualdad. Como primer diputado abiertamente gay del Parlamento polaco y ex alcalde de Słupsk, ha derribado barreras sociales y políticas, inspirando a muchas personas hacia la apertura y la aceptación.
Lleva años comprometido con los derechos de las personas LGTBIQA+, cofundando la Campaña contra la Homofobia y participando activamente en el debate público sobre la igualdad. En su actividad política, ha luchado constantemente por la legalización de las uniones civiles y la igualdad matrimonial, haciendo hincapié en que Polonia debe ser un país abierto y justo para todos los ciudadanos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.
Sus actividades han encontrado tanto un fuerte apoyo como una fuerte oposición por parte de los círculos conservadores, pero a pesar de ello, no abandona la lucha por los derechos humanos. Como eurodiputado y líder de un partido político, Biedroń utiliza su posición para llamar la atención sobre el problema de la discriminación y la necesidad de introducir cambios en la legislación polaca. Su franqueza, valentía y compromiso hacen de él una de las figuras clave en la lucha por la igualdad en Polonia.
Idea:
Se trata de dos cabañas. Describen el proceso de búsqueda de la propia identidad y las dificultades encontradas en el camino para encontrarse a uno mismo.
Descripción del espacio:
Se trata de un entorno dividido en dos zonas. La primera representa una casa de campo vieja y abandonada. Hay manchas, humedad y suciedad en las paredes agrietadas. Al entrar, nos encontramos rodeados de piedras negras y afiladas, que aumentan el nivel de incomodidad y crean un camino difícil de recorrer. El segundo edificio está limpio y es agradable a la vista. Las flores delante de la puerta dan la impresión de una casa bien cuidada. Al cruzar el umbral de la puerta, nos llama la atención la abundancia de colores, la luz cálida y el camino fácil. Así es como yo veo la apertura a lo que nos dice nuestro corazón y la aceptación plena de nosotros mismos. Veo las dos casas como las dos mentes de una persona: una muestra el cierre dentro de uno mismo. Las manchas en las paredes aluden a lágrimas y las piedras afiladas a un camino nada fácil de cruzar. La otra, en cambio, muestra la armonía de la mente y la voluntad de compartirla con los demás.
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